¿Me conviene una hipoteca con interés fijo o variable?
Cuando se concede una hipoteca, te estás comprometiendo a devolver en varios años el dinero que el banco te ha prestado para comprar tu casa junto con unos intereses. Esos intereses que vas a pagar dentro de la cuota mensual pueden ser fijos, es decir, siempre pagarás el mismo porcentaje sobre el precio de compra de la vivienda, o variables y que cambien cada cierto tiempo en función del euríbor normalmente. Dependiendo de tus circunstancias y del riesgo que quieras asumir, te conviene escoger un tipo u otro de hipoteca.
Qué es y cómo funciona una hipoteca de interés fijo
En una hipoteca de tipo fijo siempre pagarás la misma cuota mensual, no dependerá de las fluctuaciones del mercado financiero. Si el tipo de interés que el banco decide aplicarte es, por ejemplo, del 1,5%, esto se mantendrá así hasta que termines de pagar la hipoteca.
Suele ser la opción que escogen aquellas personas que quieren la tranquilidad de saber que siempre pagarán lo mismo, aunque puede que en la variable le salga más barato, no tienen esa garantía. Si sabes que puedes pagar esa cantidad todos los meses por tu trabajo, es la que te dará menos complicaciones.
Qué es y cómo funciona una hipoteca de interés variable
También puedes escoger una hipoteca de tipo variable. Esto significa que el interés que pagues sobre el precio de la vivienda va a ir cambiando en función de una referencia que normalmente suele ser el euríbor.
Lo más común es que el banco actualice el tipo de interés cada seis meses con el último valor del euríbor, lo que significa que pagarás lo mismo durante seis meses y después se recalculará el interés. Puede que suba o puede que baje.
Cuándo elegir una hipoteca de interés fijo o variable
Escoger una u otra opción va a depender de si quieres asumir el riesgo de desconocer el tipo de interés a largo plazo o no.
Existe una tercera fórmula que es la mixta, en la que los bancos te ofrecen tener una tasa de interés fija los primeros años, cuando la cuota de la hipoteca es más alta y puede ser más arriesgado asumir una tasa cambiante, y en los siguientes años tener un tipo variable. Esta puede ser muy buena opción para quien no está seguro de si le conviene una u otra.